
La elegante isla mayor, como ya sabemos que los romanos solían llamarle a la mayor de las baleares, tiene un encanto envidiable y todas las virtudes que cualquier persona –foránea o local- puede imaginarse y desear como destino para realizar sus actividades de ocio. www.mallorcacultour.com Le ofrece también algunas de estas rutas o tours y excursiones a varios de estos lugares de ensueño que tanto orgullo confieren no solo a los nacidos, sino a los habitantes de Mallorca, sí. No podría MallorcaCulTour excluir de ellas algunos de sus paradigmas turísticos como es el caso de La SEU.
Entre muchísimos otros lugares y sacrosantos espacios turísticos, La Catedral de Mallorca es uno de esos emblemáticos elementos arquitectónicos que no solo representa a la ciudad, sino que, a mi juicio, la resume aún en su propia historia más reciente. Y es que ha sido así desde los comienzos. La Catedral de Palma ha sido escenario de la actividad turística mallorquina desde estos momentos a los que antes nos referíamos como fundacionales en temas de ocio en la mayor de las baleares.
Pues bien, a pesar de que solemos escuchar hablar con mucha frecuencia sobre el boom del turismo en Baleares y Mallorca concretamente, allá por los años 60´s y el comienzo de su impresionante crecimiento allá por los años 70´s, la verdad es que los primeros turistas comenzaron a llegar a Mallorca en viajes a la isla desde diferentes puntos de la propia Europa a principios de los años veinte y hasta la guerra civil se mantuvo in crescendo. Se trataba de un turismo muy selectivo, compuesto especialmente por intelectuales y artistas. Lean bien: estamos hablando de un turismo selecto.

En la actualidad, el ritmo o consecución de esos viajes a la hermosa isla de Mallorca han estado ocurriendo y son cada año -con la salvedad que merece la mención de la crítica situación económica de los últimos años- más frecuentes y comunes para los turistas europeos que hacen sus viajes a Mallorca en busca de su clima, de sus paisajes naturales y, en menor medida, de la cultura mallorquina, muchas veces menospreciada por mediadores inescrupulosos que, como ya hemos dicho en anteriores posts venden dicho destino con el maquillaje propio de los estereotipos que presentan tan solo el ropaje de la isla, su piel, su vestidura exterior, separándola de su espíritu, que es en todo caso su cultura viva, en movimiento. Ello, desde luego, ha terminado generando la tendencia al maquillaje, a la idealización del contexto que da al traste con la consiguiente asociación de las baleares y concretamente Mallorca, con muchas de sus fantásticas y oníricas calas, por citar un ejemplo, a las no menos hermosas playas de las islas del Caribe.
En fin, la impresión más evidente es que un gran segmento de los visitantes no “van” a Mallorca, sino que “van” a un lugar muy parecido climáticamente al Caribe… Probablemente ese viajero jamás ha estado en el Caribe; probablemente jamás se ha sumergido en las aguas de aquella región, pero para él esa es la referencia más cercana que él trae de un fucken nice place para vacacionar con la más desenfrenada locura. Lo que más me duele de todo ello es que muchas veces es justamente la “prensa” la que acuña y hace pasar a la posteridad semejantes eufemismos: El Caribe de Europa, uno de los más repetidos, entre tantos otros…
MallorcaCulTour ha reparado en ello desde el comienzo mismo en que nació la idea de constituirse como proyecto y se plantea retomar y explotar la vocación y apertura turística de Mallorca pero desde sus valores culturales (en sentido general) y artísticos, no como complemento, sino como partes inseparables de ella; como su aliento; el alma que la anima.

Nefasta comparación o asociación esa que equipara a Mallorca con otra preciosa Isla caribeña, fuere la que fuere. Cada una de estas regiones tiene infinidad de ofertas que las hacen únicas e irrepetibles; entonces ¿por qué no dejar de lado las asociaciones y hacer mayor énfasis en las virtudes propias de Mallorca, que no son pocas, para nada, y reanimarlas o traerlas a un primer plano? ¿Por qué hacer cada vez menos mallorquina la isla para acercarla mas a una cultura bávara o escocesa, o normanda? Acaso ya no es eso S´Arenal o Magaluf?). No nos corresponde a nosotros sino a los rectores de dicha política, reconsiderar los actuales derroteros de la industria del ocio en Mallorca, en el seno mismo de las actuales circunstancias
Es impresionante. Cualquiera que haya estado familiarizado con los estudios socioculturales puede percibir que la oferta cultural de Mallorca en sí se puede equiparar inobjetablemente (pésele a quien le pese), a la de cualquier megaciudad europea, aunque lamentablemente este mal gestionada en sentido general y no se exploten mínimamente sus inagotables potencialidades y sus valores más auténticos, que no son solo ni se reducen a las hierbas, la ensaimada o la sobrasada… En algún lugar he leído, por ejemplo, que el Auditorio Palmesano es considerado una de las mejores salas Europas para conciertos y espectáculos. Resulta irónico que de ello puedan hablar, apenas el menor por ciento de los mallorquines. Los diarios apenas dan noticias al respecto y no es por gusto. No creo necesario recordar que también es cierto que tener una cultura vasta e importante no quiere necesariamente decir que se tiene también una voluntad cultural.
Las potencialidades culturales de Mallorca, junto a su clima templado y su belleza y su espíritu cosmopolita (duélale también a quien le duela), lo convierten en un lugar especial. En una plataforma para una proyección mucho más ambiciosa y, sobre todo, mas mallorquina y universal al mismo tiempo.
En Mallorca encontrará diversión, fiesta y mucha acción, pudiera decírsele a un viajero, pero también puede encontrar un patrimonio arquitectónico mas alla de la SEU, aunque ella constituya el ojo cíclope de la isla. Aquí se puede encontrar también relajación, inspiración, cultura y arte… Eso que no existe, que es desapercibido e inferior para muchos mediadores de ocio que comercializan el destino Mallorca.

Por mucho tiempo La SEU (Palma Cathedral) se reflejaba en las aguas del mediterráneo que casi bañaban sus muros. La Catedral de Mallorca se podía mirar antaño en su espejo natural. El rostro de Palma, su Catedral, refulgía, he leído, ante la mirada atónita de los visitantes que entraban por mar, desde mucho antes de arribar a su puerto. Debió ser un espectáculo sublime y envidiable para la Europa glamurosa que siempre ha mirado con desdeño, este lado de los Pirineos.
Semejante embute prefiero “leerlo” como un símbolo cultural. Pero hoy ya los contemporáneos no podemos disfrutar de tan singular espectáculo… y también se me antoja que ello pueda constituir un símbolo cultural. Lamentablemente no puedo pensar a la SEU como símbolo de la Mallorca contemporánea, sin dejar de ser ambas medievales; símbolo de la Mallorca contemporánea a la que, de un tiempo a esta parte y a raíz de la modernidad más mediocre que le han importado, también le han ocultado el espejo natural que constituyó por mucho tiempo el mar, para simulárselo con un opaco estanque, mediante un truco urbanístico con el que no pueda percatarse de las máscaras de colores que le han colgado.

Nota: English Info of Majorca in: MallorcaCulTour Blog